Toda la izquierda, desde la ultramontana proterrorista pasando por la independentista, la comunista, la regionalista, la socialista y la ciudadanista, es invotable por mil razones, empezando por la incapacidad histórica para aportar nada útil a la sociedad mientras no hacen más que aumentar el gasto público y restringir libertades y acabando por sus cuadros de ignorantes corruptos en su gran mayoría.
El PP era algo votable, con muchos matices de mal menor, hasta que Rajoy nos traicionó. Se descojonó en nuestra cara e incumplió con asquerosa perfección sistemática todas las promesas que le permitieron alcanzar la (seguramente última mayoría absoluta) victoria de 2016. Lamentable legislatura. Lamentable fulano. Y aún mucha gente con «criterio» considera que no lo hizo tan mal.
Feijóo es Rajoypunto3. Un Vicente de la gente. Ni una (mala) idea ni una buena acción. Más aseado, más trabajador, más pendiente de los medios y la imagen… pero, al final, el mismo estatalismo-socialdemócrata (azul), eso sí, seguramente con una gestión económíca que no nos arruinará tan rápido como la del Psoe, pero que acaba igual de mal. Poco cambio, desgraciadamente.
¿Vox? Me ilusionó de arranque. Cuantos más ataques en contra, más me ponían. Abascal tiene un pasado de lucha contra los asesinos y eso te hace fuerte. Es verdad que no tiene mucho recorrido profesional privado, pero los Espinosa y Ortega y otros lo compensan. Gente de valores, de convicciones. Buena pinta. Peeerooo… han pasado los años y veo un «ramalazo» estatalista, paternalista con el dinero público, que me está decepcionando. Querría el menor estado de los posibles, y con los planteamientos voxeros me da la sensación que no reduciremos nada o casi nada (si quitas las CCAA para llevarte la pasta a Madrid, pues poco cambiará). En fin, que me echan del «consenso político». Seguiré esperando a mi propio Milei (haré un post sobre él pronto). Nunca se sabe, igual hay un milagro en esta España nuestra, y aparece el mirlo. La esperanza es lo último que se pierde, dicen…